AUTOFLAGELACIÓN ¿PLACER O CASTIGO?
Día a día nos enfrentamos a nuevas
corrientes o influencias que bombardean a nuestros niños (as) y adolescentes.
El problema de nosotros los adultos, es que a veces estamos tan metidos
en nuestra vida, en nuestros problemas y responsabilidades, que perdemos tiempo
valioso para conocer que es lo que anda rodeando sus a
nuestros alumnos e hijos.
La etapa de la niñez, preadolescencia y la
adolescencia están caracterizadas por la alta vulnerabilidad en que se
encuentra el ser humano. El aprendizaje de vida y los valores morales y
espirituales, son puestos a prueba minuto a minuto. Necesitamos invertir en
la construcción de cimientos fuertes que les permitan soportan la
presión.
Particularmente, las etapas de la
preadolescencia y adolescencia se caracterizan porque se desarrolla una
necesidad de pertenencia social y por la conformación de su identidad.
Necesitan sentirse parte de un grupo, y no solamente sentirse parte, sino
también ser aceptados. Los intereses son cambiantes, piden ser más independientes,
ser parte en la toma de decisiones. Ya no son tan pegados a mamá y
a papá. Buscan ser reconocidos, llamar de alguna manera la atención. La
necesidad de pertenecer a un grupo les puede llevar a perderse en el
camino.
Hace unos días, tuve la oportunidad de
conocer sobre una nueva moda que anda rondando a nuestros adolescentes. Más que
una moda, es una corriente que ha tomado fuerza y que se extiende con rapidez.
Tal ves ustedes reaccionen con el asombro que yo lo hice, pues cuando me contaron
de esta “moda” me sentí completamente desconcertada.
Cuando las personas no sabemos
manejar adecuadamente sus problemas, depresión, ansiedad, o sentimientos
como ira, enojo u odio, recurren a
algunas prácticas que momentáneamente los calman, pero que a la larga causan
más problemas e incluso ponen en riesgo la vida misma.
Cuántos de nosotros sabemos de
personas que golpean una pared cuando tienen una frustración muy grande, o de
otras que en un estado de depresión ingieren grandes cantidades de comida, pero
hay otras que recurren a cortarse la piel con cualquier objeto filoso, que va
desde un gillette, navajas o con algún objeto filoso.
“El día de hoy lo quise compartir con ustedes
y hablar sobre Risuka, o la autoflagelación.
Es lastimarse a propósito
haciéndose rasguños o cortes en el cuerpo con un objeto lo suficientemente
filoso como para abrir la piel y hacerla sangrar. Cortarse es un tipo de herida
autoinfligida. Cortarse es más común en las jóvenes, pero algunos varones
también se provocan heridas a sí mismos. Las personas suelen hacerse cortes en
las muñecas, los brazos, las piernas o el abdomen. Algunas personas se provocan
heridas quemándose la piel con la colilla de un cigarrillo o con un fósforo
encendido.
Cuando los cortes o las
quemaduras se curan, suelen dejar cicatrices o marcas. Las personas que se
lastiman a sí mismas suelen ocultar los cortes y las marcas, y a veces nadie
más se entera.
Para quien le cueste trabajo
comprender el por qué lo hacen, les presento el testimonio de una alumna, quien
afortunadamente dejó de realizar esta práctica y hoy aborda sus problemas de
manera más asertiva.
Ella inició con la
autoflagelación a la edad de 13 años, ella manifiesta que no tenía idea de lo que era y en especial
de su nombre, lo denominaba “el estar
bien” cada vez que se me sentía mal con ella misma, tomaba una Gillette y comenzaba a cortarse, siempre
dos dedos debajo de la muñeca, cortaba una y otra vez de forma tranquila,
mientras lo hacía un sentimiento de tranquilidad la poseía, el dolor era poco casi insignificante,
como si estuviera drogada, se sentía tan bien, algo muy difícil de explicar
comenta, a veces lo realizaba por algo mal que había hecho, o algunas veces sentía
que nadie la quería.
Al final tomaba algodón y se
limpiaba y para cubrir la herida se ponía un masking tape, y algunas pulseras
para evitar que se lo vieran.
En su caso era como un regaño, un
reclamo hacia su persona por lo malo que hizo o lo malo que le hubieran hecho
sentir, era su forma de decir “tu hiciste o permitiste esto, así que ahora
pagaras” y claro que pagaba, con marcas que duraban varios meses y que nadie
veía, porque la regla es “nadie lo debe
saber.
Cada vez que pierdes la paciencia dejas cicatrices, puedes insultar o hacerte daño a ti mismo y después tratar de olvidar o retirar lo dicho, pero la cicatriz perdurará para siempre.
“El deseo es el punto de partida de todo logro. No es la esperanza, no
es un deseo sin sentimiento, sino un deseo palpitante vivo que
trasciende todo.” Recuerda tu eres único y nadie ni tu mismo tiene derecho hacerte daño eres especial. Dios te Bendiga
Sinceramente Lic. Brenda Mendoza
No hay comentarios:
Publicar un comentario