sábado, 11 de agosto de 2012


AUTOFLAGELACIÓN  ¿PLACER O CASTIGO?


Día a día nos enfrentamos a  nuevas corrientes o influencias que bombardean a nuestros niños (as) y adolescentes. El problema de nosotros los adultos, es que a veces  estamos tan metidos en nuestra vida, en nuestros problemas y  responsabilidades, que perdemos tiempo valioso  para  conocer  que es lo que anda rodeando sus a nuestros alumnos e hijos.
La etapa de la niñez, preadolescencia y la adolescencia  están caracterizadas por la alta vulnerabilidad en que se encuentra el ser humano. El aprendizaje de vida y  los valores morales y espirituales, son puestos a prueba minuto a minuto. Necesitamos invertir en la  construcción de cimientos fuertes que les permitan soportan la presión.
Particularmente,  las etapas de la preadolescencia y adolescencia se caracterizan porque se  desarrolla una necesidad de pertenencia social y por la conformación de su identidad. Necesitan sentirse parte de un grupo, y no solamente sentirse parte, sino  también ser aceptados. Los intereses son cambiantes, piden ser más independientes, ser  parte en la toma de decisiones.  Ya no son tan pegados a mamá y a papá. Buscan ser reconocidos, llamar de alguna manera la atención. La necesidad de pertenecer a un grupo les puede llevar  a perderse en el camino.
Hace unos días, tuve la oportunidad de  conocer sobre una nueva moda que anda rondando a nuestros adolescentes. Más que una moda, es una corriente que ha tomado fuerza y que se extiende con rapidez. Tal ves ustedes reaccionen con el asombro que yo lo hice, pues cuando me contaron de esta “moda” me sentí completamente desconcertada.
Cuando las personas no sabemos manejar adecuadamente sus problemas, depresión, ansiedad, o  sentimientos como ira, enojo  u odio, recurren  a algunas prácticas que momentáneamente los calman, pero que a la larga causan más problemas e incluso ponen en riesgo la vida misma.

Cuántos de nosotros sabemos de personas que golpean una pared cuando tienen una frustración muy grande, o de otras que en un estado de depresión ingieren grandes cantidades de comida, pero hay otras que recurren a cortarse la piel con cualquier objeto filoso, que va desde un gillette, navajas o con algún objeto filoso.
 “El día de hoy lo quise compartir con ustedes y hablar sobre  Risuka, o la autoflagelación. 

Es lastimarse a propósito haciéndose rasguños o cortes en el cuerpo con un objeto lo suficientemente filoso como para abrir la piel y hacerla sangrar. Cortarse es un tipo de herida autoinfligida. Cortarse es más común en las jóvenes, pero algunos varones también se provocan heridas a sí mismos. Las personas suelen hacerse cortes en las muñecas, los brazos, las piernas o el abdomen. Algunas personas se provocan heridas quemándose la piel con la colilla de un cigarrillo o con un fósforo encendido.
Cuando los cortes o las quemaduras se curan, suelen dejar cicatrices o marcas. Las personas que se lastiman a sí mismas suelen ocultar los cortes y las marcas, y a veces nadie más se entera.

Para quien le cueste trabajo comprender el por qué lo hacen, les presento el testimonio de una alumna, quien afortunadamente dejó de realizar esta práctica y hoy aborda sus problemas de manera más asertiva.

Ella inició con la autoflagelación a la edad de 13 años, ella manifiesta  que no tenía idea de lo que era y en especial de su nombre,  lo denominaba “el estar bien” cada vez que se me sentía mal con ella misma, tomaba  una Gillette y comenzaba a cortarse, siempre dos dedos debajo de la muñeca, cortaba una y otra vez de forma tranquila, mientras lo hacía un sentimiento de tranquilidad la  poseía, el dolor era poco casi insignificante, como si estuviera drogada, se sentía tan bien, algo muy difícil de explicar comenta, a veces lo realizaba por algo mal que había hecho, o algunas veces sentía que nadie la quería.

Al final tomaba algodón y se limpiaba y para cubrir la herida se ponía un masking tape, y algunas pulseras para evitar que se lo vieran.
En su caso era como un regaño, un reclamo hacia su persona por lo malo que hizo o lo malo que le hubieran hecho sentir, era su forma de decir “tu hiciste o permitiste esto, así que ahora pagaras” y claro que pagaba, con marcas que duraban varios meses y que nadie veía, porque la regla  es “nadie lo debe saber.

Cada vez que pierdes la paciencia dejas cicatrices, puedes insultar o hacerte daño a ti mismo y después tratar de olvidar o retirar lo dicho, pero la cicatriz perdurará para siempre.
 “El deseo es el punto de partida de todo logro. No es la esperanza, no es un deseo sin sentimiento, sino un deseo palpitante vivo que trasciende todo.” Recuerda tu eres único y nadie ni tu mismo tiene derecho hacerte daño eres especial. Dios te Bendiga
 Sinceramente Lic. Brenda Mendoza
 

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